La vida durante momentos de incertidumbre, como la pandemia del Covid-19, puede ser estresante. Y si bien es común sentirse preocupado, triste o ansioso, en especial para los sobrevivientes de lesión de la médula espinal que ya experimentaron cambios radicales en sus vidas, cuando estas preocupaciones impiden continuar con la vida cotidiana, pueden provocar graves problemas de salud mental.

No obstante, se encuentran disponibles para pacientes con LME consejos y técnicas sobre cómo cuidar y controlar la salud psicológica y mental, que indicaremos a continuación.

Una manera es organizar y estructurar el día para beneficiar su bienestar. El cambio en la rutina diaria de las personas como consecuencia de la pandemia puede ser perturbador. Habrá actividades que realizaba para su bienestar en circunstancias normales sobre las que puede sentir que perdió el control. Lo importante es focalizarse en opciones y estrategias para afrontar las emociones que se encuentren bajo su control.

Intente organizar sus días de modo que incluya una variedad de actividades que sepa que puede hacer y que sepa que le brindarán placer o satisfacción. Puede ser hacer una rutina de ejercicios, aprender a cocinar una nueva receta, leer algunos capítulos de un libro o incluso programar una videollamada con amigos o familiares. Completar estas tareas, aunque sean sencillas, le otorgará una sensación de logro y una sensación de normalidad.

Otra forma es pensar en la ansiedad como una continuidad de zonas. Por un lado, tiene la zona del temor, en donde los pensamientos y acciones son reaccionarios y negativos. Por otro lado, se encuentra lo que llamamos la zona de crecimiento. En la zona de crecimiento, no solo es consciente de sus sentimientos de ansiedad y preocupación, sino que además es capaz de retroceder un paso, evaluar los motivos de esa ansiedad y tomar medidas positivas para reducirla.

Por lo general, en momentos de incertidumbre permitimos que nuestras preocupaciones se intensifiquen hasta el punto de que solo podemos imaginar las peores situaciones. Para disminuir este tipo de preocupación es importante practicar reconocer cuándo los pensamientos preocupantes están alcanzando un punto más catastrófico. Hágase algunas preguntas, como “¿Qué estaba pensando?” o “¿Por qué estaba pensando en eso?”, retroceda hasta el evento que inició su preocupación y pregúntese si el evento conllevará a peores situaciones o si existen otras explicaciones que debe considerar sobre la situación cuyo resultado se desconoce.

Otro método para controlar la preocupación es designarse un “momento de preocupación”. Sabe que existirán situaciones que representarán un gran peso en su mente. En lugar de permitirles que controlen cada pensamiento y acción, reserve algo de tiempo para más tarde y permítase preocuparse en dicho momento. De esta manera, evita que eso interfiera y controle su vida; y si pospone las preocupaciones, a menudo evita que la situación pase en absoluto.

Por lo tanto, si bien la pandemia del Covid-19 ha ocasionado muchos cambios incontrolables en las vidas de aquellas personas con LME, si se puede enfocar en aquello que puede controlar (elegir una rutina; elegir tareas que puede lograr) puede brindarse a sí mismo la mejor oportunidad de mejorar su bienestar psicológico y mental.