Trabajar después de padecer una lesión de médula espinal puede ser una gran manera de mantener la autoestima, lograr metas y mantenerse activo. Para tener las mejores oportunidades de empleo, ayuda conocer las leyes y los programas diseñados para asistir a las personas con discapacidades como la suya.
Para los sobrevivientes de una lesión de médula espinal, la posibilidad de volver al trabajo es importante de muchas maneras. Brinda ingresos, seguro médico y otros beneficios, además de darnos una sensación de autoestima, de pertenecer y sobre todo de satisfacción en la vida. Sin embargo, el desafío es que muchas personas con lesión de médula espinal (LME) necesitan alguna forma de apoyo, entrenamiento o rehabilitación vocacional para asegurarse oportunidades de empleo.
Resumimos algunos aspectos que la gente con LME debería conocer mientras busca trabajo luego de una lesión de médula espinal.
El primer aspecto para recordar es que la ley está de su lado. Aprobada en 1990 y modificada en 2008, la Ley para estadounidenses con discapacidades (ADA, Americans with Disabilities Act) prohíbe a los empleadores discriminar a individuos que puedan realizar funciones esenciales en un trabajo, con o sin adaptación.
Algunos aspectos que debe conocer respecto a la protección de ADA:
· Para que la ley lo proteja, deberá tener una discapacidad que limite actividades importantes de su vida.
· Los empleadores deben hacer adaptaciones razonables para su discapacidad si no implican una dificultad excesiva en el negocio.
· Cuando se postula para un trabajo, un empleador no puede preguntar sobre la existencia, naturaleza o gravedad de una discapacidad, solo sobre la habilidad de realizar tareas.
· Un empleador puede solicitarle un examen médico solo si está relacionado con el trabajo y es necesario para todos los empleos similares.
· Si usted siente que su empleador lo discriminó, puede que tenga recurso a través de la oficina de la Comisión de igualdad de oportunidades de empleo de Estados Unidos.
Otra ley, que se enfoca en individuos más jóvenes con discapacidades, es la Ley de educación para individuos con discapacidades (IDEA, Individuals with Disabilities Education Act). Diseñada para asistir a aquellos que no terminaron su educación K-12, les ofrece servicios que necesiten para alcanzar sus metas académicas y vocacionales y asegurarse una transición sin problemas a la vida adulta. Los alumnos aptos conforme a esta ley pueden continuar en la escuela hasta la edad de 22 años si necesitaran tiempo extra para alcanzar sus metas.
Como muchas veces sucede con las personas que sufren lesiones de médula espinal, tal vez ya no puedan realizar el trabajo que tenían antes de la lesión. O, en el mejor de los casos, no puedan realizarlo de la misma manera. En estos casos, la posibilidad de participar en un programa de rehabilitación vocacional puede hacer la diferencia.
A través de estos programas, está disponible una amplia variedad de servicios que ayudan a las personas a identificar sus intereses y habilidades profesionales, adquirir la educación y la capacitación relevantes para buscar y solicitar trabajo, y conseguir adaptaciones en el trabajo. La buena noticia es que a muchos les pagan empresas de seguro privadas, programas de fondos federales, programas de compensación de los trabajadores del estado para las personas que se lesionaron mientras trabajaban o Asuntos para Veteranos.
Afortunadamente, para aquellos con LME, la rehabilitación vocacional se lleva a cabo en cualquier momento que el individuo necesite ayuda para encontrar o mantener un empleo. Si no está trabajando, pero está listo y quiere trabajar o si trabaja, pero está insatisfecho con su trabajo actual, la rehabilitación vocacional puede ser adecuada para usted.
Aunque no hay dos programas de rehabilitación vocacional que sean exactamente iguales, puede esperar que el proceso de ambos contenga los siguientes elementos, prácticas y procedimientos:
Programa de derivaciones: comenzar con un programa vocacional, por lo general, implica un debate con su médico profesional de rehabilitación, quien puede derivarlo a un consejero del programa vocacional. Estas personas tienen títulos avanzados y están capacitadas para ayudar a las personas con discapacidades a encontrar empleo.
Asesoría: la rehabilitación vocacional exitosa comienza con un consejero que ayuda a evaluar sus intereses, habilidades, limitaciones, necesidades sanitarias, historia laboral y educativa e incluso de la personalidad para poder lograr que coincidan los intereses y necesidades con las demandas específicas para ese tipo de trabajos. En la fase de asesoría, puede esperar que su consejero gestione una combinación de entrevistas, cuestionarios, pedidos de información médica y, algunas veces, pruebas de aptitud y habilidad.
Pruebas de la vida real: realizar cualquier trabajo sin una discapacidad no siempre es algo seguro para los empleados ni para los empleadores. Un beneficio de los programas de rehabilitación vocacional es que ofrecen un período de prueba para determinar si puede realizar las tareas necesarias para el trabajo, si le gusta el trabajo, y qué adaptaciones, si fuera el caso, necesitaría.
Evaluación del mercado laboral: el mercado laboral siempre es fluido. Los trabajos y las habilidades que tenga puede que fueran la combinación perfecta antes y que ahora no sea el caso. Su consejero de rehabilitación vocacional lo ayudará a analizar las oportunidades en su área que mejor coincidan con sus habilidades e intereses, sin mencionar los requisitos salariales y la educación necesaria.
Establecimiento de objetivos: por supuesto, el producto final del consejo de rehabilitación es decidir sobre una carrera u ocupación específica que quiera seguir. Y mientras esa puede ser su meta a largo plazo, entienda que habrá pasos intermedios en el camino. Estos pasos, y este camino, deben describirse en detalle como parte de un plan escrito que usted y su consejero crearán juntos.
Obtención de un trabajo: después de toda la planificación y preparación profunda que hicimos, es momento de asegurarse un empleo. Ahora, en este punto, mucha gente con LME consigue un empleo completamente por su cuenta. Pero uno no debería dudar del conocimiento y la experiencia del consejero de rehabilitación vocacional, que puede ayudarlo a determinar, a través del análisis del empleo, si las tareas que se esperan de usted y las expectativas sociales y físicas que requiere el empleo coinciden con sus deseos y habilidades.
Una vez que se aseguró el empleo, habrá aspectos que deberá recordar siempre, como alguien con LME. Muchas tienen que ver con las adaptaciones.
Debido a su discapacidad, puede necesitar apoyo continuo y asistencia en el lugar de trabajo para poder realizar el trabajo efectivamente. Algunos de estos incluyen el trabajo de agenda, las tareas, el ambiente de trabajo en sí mismo: quitar un cajón del escritorio o levantarle la altura para adaptarlo a la silla de ruedas; software y hardware especiales para aquellos que tienen función manual limitada; un área de vestuario privada para los que tienen problemas intestinales y de vejiga. Esas son todas adaptaciones que tiene derecho a pedir siempre y cuando no impliquen una dificultad excesiva de parte de su empleador.
Desafortunadamente, habrá algunas personas con LME para las que trabajar simplemente no es posible. Podría ser alguien que vive en una zona rural donde las oportunidades de empleo no existan. Tal vez sea un trabajador mayor que no puede transferir sus habilidades previas a la lesión a una nueva profesión. Lo importante es recordar que hay servicios y programas que pueden estar disponibles para asistirlo.
El seguro social por discapacidad (SSDI, Social Security Disability Insurance) es un programa de discapacidad de largo plazo que se basa en su historial laboral e ingresos anteriores. El ingreso suplementario de seguridad (SSI, Supplemental Security Income) es un programa federal diseñado para ayudar a las personas que no pueden trabajar y que tienen ingresos bajos. Una conversación con su equipo de rehabilitación y/o el consejero de rehabilitación vocacional puede ayudarlo a decidir para cuál califica.