La lesión de la médula espinal puede tener un efecto devastador en la vida de las personas. Los beneficios de la posibilidad de conectarse con otras personas que comparten circunstancias similares y aprender de ellas son inconmensurables.
Como alguien que recientemente padece de una lesión de la médula espinal, es de esperar que su vida cambie en muchos aspectos, la mayoría de los cuales le resultarán desconocidos. Contar con una fuente confiable de información y asesoramiento de parte de alguien que haya experimentado esto puede ser de gran valor para cualquier paciente nuevo de LME.
Los denominamos “mentores”.
Se trata de sobrevivientes de lesiones de la médula espinal que ya enfrentaron las incertidumbres que usted enfrenta, los desafíos que usted afronta cada día. Están dispuestos a compartir lo que aprendieron con la esperanza de lograr que su propia transición a una vida con LME sea lo más sencilla posible. Efectivamente, los médicos, enfermeros y terapeutas también llevan a cabo parte de este trabajo, pero el poder de un mentor con el que se conecta implica que ambos ven el mundo desde la perspectiva de alguien cuya vida se vio alterada para siempre como consecuencia de la lesión de la médula espinal.
Debido a que los mentores pasaron por lo que usted enfrenta, son buenos oyentes. Comprenden las dificultades que enfrenta desde el punto de vista físico y emocional. Empatizan con la ira o la frustración que puede estar experimentando ya que también pasaron por eso. Cuando el mentor comparte sus propias experiencias, puede ayudarlo a aprender cómo enfrentar sus propios sentimientos, emociones y dificultades en el momento crítico posterior a cuando ocurrió la lesión.
Además, los mentores pueden ayudar a prevenir futuras complicaciones médicas que pueden ocurrir debido a la lesión de la médula espinal. Las semanas inmediatamente posteriores a padecer una LME, el cuerpo de los pacientes cambia de tal manera que pueden ocurrir otros problemas graves más riesgosos para la vida, como infecciones del tracto urinario, disreflexia autonómica, úlceras por presión, entre otros. Un mentor puede hablar sobre estos problemas y aconsejarle sobre qué medidas tomó para evitar dichas complicaciones.
Vivir su propia vida de manera saludable, incluso con una lesión de la médula espinal es fundamental para su felicidad y longevidad. Pero como una persona que padece de lesión de la médula espinal recientemente, es posible que no esté informado sobre cómo o dónde permanecer activo con su afección particular. Nuevamente, como el mentor se respalda en su propio conocimiento y experiencia, puede ayudarlo a encontrar instalaciones para realizar actividad física, aconsejarlo sobre los ejercicios recomendados por el médico o incluso indicarle actividades, como tenis, baloncesto u otros deportes, que posiblemente no haya contemplado debido a la lesión.
Algo a tener en cuenta es que cada mentor o relación de mentoría es diferente. Algunas relaciones pueden ser exclusivamente en persona. Otras pueden ser por teléfono o en línea. Otras incluso pueden ser una mezcla de las opciones anteriores. Lo importante es que se relacione con el mentor con el que sienta que hay “una buena conexión”. Además de encontrar un mentor de confianza e informado, deberá buscar a alguien que promueva la participación activa en la relación y comprenda la importancia de establecer metas como parte del proceso de rehabilitación.
Recuerde, además, si bien el mentor es sumamente útil no es un profesional médico. Es por este motivo que cualquier relación de mentoría comienza con una conversación con los profesionales del programa de rehabilitación sobre sus necesidades, intereses y metas.