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Movilidad

Otra vez en la carretera: conducir con una lesión de médula espinal

Conducir con una LME en definitiva es posible, pero es una habilidad que se necesita reaprender y dominar con nuevos equipos adaptativos antes de volver a la carretera de manera segura.

por: ABC mayo, 2021 4 minutos de lectura

Conducir es una libertad que, por lo general, no asociamos con las personas que tienen una lesión de médula espinal. Sin embargo, con las precauciones adecuadas, el entrenamiento y los vehículos con equipos adaptativos, está definitivamente al alcance de la mayoría de los sobrevivientes de lesión de médula espinal (LME).

No cabe duda de que conducir nos ofrece una libertad que disfrutamos como ninguna otra. Ya sea que viajemos para seguir actividades de todos los días o para salir a la carretera, conducir es un privilegio lleno de posibilidades y, bastante a menudo, una aventura.

Para quienes sufren una lesión de médula espinal, en especial, las personas que experimentan parálisis, uno podría preguntarse si los días de conducir quedaron atrás. El propósito de este artículo es informarle las cosas que la gente que vive con una lesión de médula espinal debería tener en cuenta si le entusiasma la idea de volver a estar detrás del volante.

Conducir nunca volverá a ser lo mismo.

Aunque las reglas de la carretera sean las mismas, la forma de interactuar con el vehículo y, por lo tanto, con la carretera, será drásticamente diferente de lo que solía ser. Según la lesión específica de cada uno, el vehículo que maneje puede incluir, entre otros accesorios, alguno de los siguientes:

·       controles manuales para frenar y acelerar

·       dispositivos de asistencia eléctrica para facilitar la conducción

·       almohadilla táctil de arranque y cambios de velocidad

·       asientos de conductor ajustables

·       palancas o perillas giratorias para las personas con función manual limitada

Aunque cada uno de estos accesorios debe aprenderse y dominarse antes de volver a la carretera, demuestran la amplia gama de controles adaptativos y modificaciones que existen específicamente para el beneficio de las personas que viven con LME.

Conducir con una LME comienza con una evaluación.

El primer paso en el proceso de reaprendizaje para conducir con LME es obtener una evaluación de un instructor de conducción calificado. No solo lo ayudará a definir la disposición adecuada de conducción, las modificaciones específicas para el vehículo y el equipo necesario para su situación particular, sino que lo asistirá en la evaluación de las siguientes cuestiones que son necesarias para conducir seguro:

·       examen visual y fuerza muscular

·       flexibilidad y amplitud de movimiento

·       coordinación mano-ojo y tiempo de reacción

·       juicio y toma de decisiones

·       habilidad para manejar equipos adaptativos

·       evaluación de la medicación que el conductor toma o tomará

Por supuesto, incluso después de la evaluación, uno debe cumplir con las reglas y regulaciones del estado y la ubicación donde reside. No todos los individuos con lesión de médula espinal serán aptos para volver a conducir, sencillamente por la naturaleza de la lesión y la falta de una cura específica. La mayoría de los estados requieren un permiso de aprendiz o una licencia de conducir válidos para recibir una evaluación en carretera. No le podrán negar la oportunidad de solicitar un permiso o una licencia por su discapacidad, pero sepa que es posible que obtenga una licencia restringida según los dispositivos adaptativos que necesite.

Selección del vehículo

Como conductor que vive con una lesión de médula espinal, una cuestión importante que debe recordar cuando elija un vehículo es que debe ser el que mejor se adecúe a sus habilidades y necesidades. Por ejemplo, una minivan, que ofrece más espacio y puede ser más fácil para subirse y bajarse, podría ser más práctica que un auto deportivo de dos asientos.

Otras cuestiones para tener cuenta son si se sentará en una silla de ruedas mientras maneja o si se trasladará a un asiento. Si considera la primera opción, el vehículo debería contar con un sistema para amarrar la silla de ruedas para su seguridad. Los sistemas de amarre eléctricos son más sencillos y permiten más independencia, mientras que los sistemas manuales suelen requerir de otras personas que lo ayuden a subir y bajar.

Hay muchos consejos y preguntas que usted debería hacerse mientras busca el vehículo que mejor se adapte a las necesidades de su lesión de médula espinal. ¿Podrá entrar en una minivan? ¿Su vehículo tendrá espacio para controles manuales y otro equipo necesario? Una vez que el vehículo se modifique, ¿habrá espacio suficiente para más pasajeros? Si tiene un técnico que modifique un vehículo existente, ¿esa persona cuenta con la experiencia necesaria?

Como puede ver en la explicación anterior, hay muchas cuestiones que debe analizar cuando busque un vehículo adecuado para su afección. Es por eso que siempre es sensato apoyarse en la experiencia disponible de los evaluadores, su centro o equipo de rehabilitación y otros que compartan consecuencias de lesión de médula espinal similares a las que usted experimenta.

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